Como persona sensible y sensitiva, desde muy joven me había interesado la parte más espiritual de la vida y en los últimos tiempos casi no había dedicado tiempo a esa faceta. Tras algunos talleres holísticos y un retiro de meses en un antiguo monasterio, me hice consciente de los condicionamientos que influían mis pensamientos y con ello también mi forma de actuar. Tras estas experiencias comencé a integrar en mi vida la filosofía y práctica de meditación Zen, con la ayuda de mi Maestro como guía.

Mi proceso de desarrollo personal continuó con formaciones orientadas hacia La Comunicación No Violenta (escuela de Marshall Rosenberg), “The Anatomy of Peace”  (The Arbinger Institute) y Terapia PRI (Past Reality Integration), lo cual desarrolló en mí una nueva manera de entender, entre otras cosas escuchando con mayor empatía, a ti mismo y a las otras personas. 

Todo esto me ha aportado un mayor entendimiento de la causa de nuestras (re)acciones impulsivas y como esto forma parte de nuestros condicionamientos casi de manera insconsciente. Poco a poco he aprendido a confiar más de mi intuición y a percibir el día a día desde una nueva perspectiva, con mayor serenidad y tratando de percibir la verdadera naturaleza de cada momento, lo cual trato de plasmar en mi obra.